El Kelpie era un hermoso caballo blanco (o negro) que se presentaba ante los niños y los invitaba a montarse sobre su lomo. No importa cuantos eran, el caballo se alargaba mágicamente para que todos pudieran montarse. En cuanto ya estaban listos, este empezaba a galopar hacia el lago en el que vivía (y que se suponía estaba cerca) y empezaba a adentrarse hacia sus profundidades. Cuando los niños querían remontar a la superficie, se encontraban con que estaban pegados a su lomo. De ese modo, el Kelpie seguía arrastrándolos hacia el fondo y, desafortunadamente, se los devoraba. Si tal caballo existió, no se sabe, pero sigue siendo un mito después de todo. Sin ninguna prueba concreta. Claro, cada uno tiene su opinión.
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